POSADAS NAVIDEÑAS
En San Antonio Texala estas fiestas decembrinas no pueden faltar las posadas navideñas.
Las cuales inician el día 16 de diciembre, por lo regular se organizan entre barrios para que a cada uno les toque 1 posada, en ella se hace un misa, y posteriormente una convivencia entre vecinos, amigos, y todas personas que asisten sin distinción alguna.
En las posadas no puede faltar el ponche, tamales, aguinaldos y piñatas.
Si aun no tienes una posada a donde ir, vista San Antonio Texcala.
Te esperamos con los brazos abiertos
HISTORIA DE LAS POSADAS NAVIDEÑAS...
Como tantas tradiciones de México, las historia de las posadas navideñas tiene su origen en el proceso de evangelización de los pueblos prehispánicos.
Durante los siglos XVI y XVII, los frailes encargados de convertir a los nativos del Nuevo Mundo al catolicismo hacían uso de su creatividad para conseguir su objetivo. El modus operandi siempre era el mismo:
1) Encontrar un punto en común con las religiones prehispánicas, que ellos consideraban “paganas”.
2) Adaptar la creencia o tradición prehispánica para que encaje con el cristianismo. Si es necesario, mezclarlas.
3) Sustituir las viejas creencias y celebraciones con las nuevas versiones cristianizadas.
Ese fue el caso de las famosas posadas navideñas, cuya historia se remonta a las misas de aguinaldos, durante las cuales se realizaban representaciones del nacimiento de Cristo. La primera vez que se celebraron en la Nueva España fue en 1587, bajo la supervisión de fray Diego de Soria.
El 25 de diciembre, que marca el solsticio de invierno para los habitantes del hemisferio norte, es una fecha festejada a lo largo y ancho del planeta. Así como el catolicismo la adoptó de la religión romana para la Navidad, en el México prehispánico se celebraba a dioses como Quetzalcóatl y Huitzilopochtli.
Para deshacerse de esas fiestas y popularizar las misas de aguinaldo, los evangelizadores de San Agustín Acolman crearon las primeras posadas, todas las noches, del 16 al 24 de diciembre. En ellas, se hacía una representación de la Natividad que terminaba con un banquete y, de postre, pequeñas estatuas de tzoatl, precursoras de las famosas alegrías de amaranto.
Aunque al principio se realizaban solo en las iglesias, con el tiempo, las posadas eran organizadas en las calles y las casas de los pueblos y las ciudades. Para el siglo XIX, esta tradición ya era parte fundamental de las costumbres navideñas en México.
Poco a poco, los rasgos y simbolismos que conocemos fueron añadiéndose: los cánticos, las piñatas -cuyos siete picos representan los pecados capitales, las luces de bengala, las velas encendidas.
Esa es la historia de las posadas navideñas en México. Aunque la razón original tiene que ver con la enseñanza de la doctrina cristiana, actualmente los mexicanos celebran las posadas navideñas como una forma de convivir con los vecinos, amigos, compañeros de trabajo y familia, en una época en la que se respira un ambiente de cordialidad y unión.